Esta tarde, la Asociación Nacional de Asesinados y
Desaparecidos del Ecuador (Anadea) tiene previsto agasajar a los hijos de las
víctimas de crímenes. El homenaje se efectuará a las 17:00, en la casa de María
de Lourdes Mejía, en el centro de Quito.
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| Familiares y amigos de personas desaparecidas en la Plaza Grande. Foto El Comercio |
Ella es presidenta y coordinadora de Anadea. Pese a que
estas fechas -según Mejía- son de dolor, el gremio intenta con este agasajo dar
un momento de alegría a los niños que quedaron huérfanos.
A la reunión acudirá, por ejemplo, la familia de Édison
Saldaña. El joven, de 32 años, fue hallado sin vida el pasado 23 de octubre en
el sector de La Pampa, en el noroccidente de Quito. El 19 de julio pasado,
Saldaña desapareció cerca de ese sector.
Mejía considera que este año han logrado avances importantes
en torno a los compromisos del Gobierno. "Es una esperanza que antes no la
teníamos. Caminamos duro para lograrlo. Entendemos que los resultados no se
verán de un día para otro".
Hace una semana, el presidente Rafael Correa anunció que se
tipificará el delito de desaparición dentro del nuevo Código Orgánico Integral
Penal y será imprescriptible hasta que la investigación no arroje resultados.
"Nuestro abrazo más solidario, todo nuestro
acompañamiento para los familiares de los desaparecidos. Lasdisculpas por parte
del Estado por no haber hecho todo lo que se podía hacer. Se corregirán lo más
rápido posible las omisiones", sostuvo el Mandatario.
La familia de David Romo también acudirá esta tarde al
agasajo. El joven, de 19 años, se encuentra desaparecido desde la noche del 16
de mayo pasado. El universitario salió de clases y fue visto por última vez en
una parada de buses de la Mitad del Mundo.
El 16 de noviembre, a
propósito de los seis meses de la desaparición del estudiante, su familia
realizó una misa en el colegio San Gabriel. "La esperanza por encontrarlo
sigue firme", dijo, ese día, Alexandra Córdova, madre de Romo. Mejía
también opina lo mismo. Para las 140 familias que integran Anadea, la esperanza
es lo último que se pierde...
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