Foto de Héctor Longino Becerra Lanza |
El pasado jueves fue sepultada en Tegucigalpa la ciudadana
Gertrudis Lanza, madre del reconocido estudiante Eduardo Lanza, desaparecido el
1 de agosto de 1982. Co-fundadora del COFADEH, valiente mujer de nuestro
tiempo.
Acompañar su velatorio, exequias y sepulcro fue un acto amoroso,
en medio de una Honduras entristecida por una elite cavernaria que desconoce el
pueblo cinco estrellas que se ha levantado en este país.
Doña Tula vivió aquí en esta ciudad, en este país, sin
rendirse en su causa personal de encontrar con vida a Eduardo, o su cadáver, o
la justicia para sus captores, torturadores y asesinos.
En esa tarea monumental de preguntar, informar y denunciar,
de llorar y gritar, ofrendó sus días y noches, hasta el jueves 5 de diciembre
de 2013,cuando heredó su lucha a la generación actual.
Igual que Nelson Mandela ella hereda a la humanidad en esta
parte del planeta un ejemplo de perseverancia por la vida, auténtico amor de
madre, energía pura de mujer frente a los violentos.
En su hijo Eduardo ella supo siempre que Honduras perdió a
un extraordinario ser humano, un conductor inteligente, una voz con luz para la
Universidad.
Los enemigos de la palabra y de la razón quedaron libres
para instalar parlantes musicales y saquear el presupuesto del Alma Nutricia,
sin denuncia ni sanción. Tula condenaba eso.
La Universidad fue acallada por la fuerza y nunca más, desde
entonces, volvió a tener voz y conciencia de la Honduras que rodea su campus.
El viernes anterior las madres, vidas, hijas y demás
parientes llegaron al plantón del primer viernes de diciembre de 2013 cargadas
con la herencia de doña Tula y de Madiba. “El perdón libera el alma, elimina el
miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa en la búsqueda de la verdad y de
la justicia”. Eso dijeron.
Estamos aquí dolidas, además dijeron las madres, por ese
sentimiento generalizado de asalto que sufrimos más de 2.5 millones de personas
mayores de 18 años el 24 de noviembre pasado, el cual implicará otra vez la
imposición de una minoría sobre la mayoría con sus políticas represivas de cero
tolerancia y exclusión. Se refieren al fraude y al regreso del Alvarismo al
ministerio de policías.
Celebraron las madres del COFADEH que no fueron elegidos ni
por las computadoras el “licenciado Arrazola” ni el general violento que lo
patrocinaba, pero condenaron que sus socios nacionalistas reparten poderes
ahora a seres minúsculos de almas corroídas por el prejuicio, el odio y la
maledicencia.
Concluyen el documento público del plantón de madres con el
aviso siguiente: aquí estaremos siempre cada mes, de cada año y siglo, por los
siglos de los siglos, reclamando verdad y justicia, con esperanza. Sin
rendirnos, a la memoria de Tuy, Tula, Bertilia, Fide y otras madres que no
fueron vencidas por la muerte!.
Vamos a continuar documentando y denunciando las violaciones
a los derechos humanos, acompañando a las víctimas y haciendo litigio
internacional, hasta recuperar el Estado Democrático de Derecho, que
destruyeron los criminales que hoy mendigan legitimidad y reconocimiento. Así
lo dijeron.
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 7 de diciembre de
2013
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