lunes, 25 de noviembre de 2013

¿Y AHORA QUE?

Gustavo Zelaya.
En nuestro país muchas cosas son diferentes a lo que ocurre en otros lugares, aquí después de la tormenta sigue la tormenta. A la crisis existente, sigue la crisis. Aunque todavía no se llega a una situación de crisis total, algunos intentan mediatizarla, aliviar un poco las tensiones pero sin resolver nada importante. Para eso está el circo de calidad,  el buen futbol, ni siquiera eso nos dan, nada de pan y vino para el pueblo.
 En las conferencias de prensa después del 24 de noviembre se escucharon pocas preguntas interesantes de parte de la prensa, algunos de sus miembros llegaron con ínfulas de provocadores, otros haciendo de malos activistas y mucho grito en el ambiente, mucho ruido, eso que nubla y obscurece la escena,  gran cantidad de discursos de barricada, muy buenos en ciertos tramos, vacíos en la mayoría de los casos; es decir, unos bien fundamentados, escasos por cierto y el grueso de ellos puras frases huecas, lugares comunes cuando el asunto amerita más sagacidad y mucho seso. Lo que debió existir desde el inicio de nuevo no apareció. El argumento esencial, básico, iluminador, arrinconado por el espontáneo activismo y por la lisonja del coro de ocasión. Pero nunca falla la perorata sin sentido, el elogio desmesurado y no tarda en aparecer el inspirado y dulzón poema del momento, como en las fiestas escolares llenas de palabras alusivas al acto. El poeta de turno ya tiempos tiene armado el verso o la adecuada prosa para ensalzar lo que tal vez no exista. Y tiene otros bien ordenados, según la fecha,  por si los vientos cambian. Oportuno como cualquiera.
 Pero es ahora cuando más ocupamos de la certeza que nos da la esperanza de que esto tiene que cambiar. Así como se lee: la certera esperanza, la que no es producto de circunstancias ni se muere con la edad, pero nos hace firmes en las convicciones y se mantiene independiente de cualquier  coyuntura. Además, esa esperanza no es algo que flota por sí misma y que se desvanece en un instante por causa de  unas elecciones De nosotros depende que exista y que se realice, que se llene de nuevos contenidos cuando creamos que todo se ha perdido. Hemos dado un paso importante en el fortalecimiento de la lucha popular y tiene que servir para saber de qué madera estamos hechos, que tan sólidos somos en nuestros ideales y va a mostrarnos que los que llegaron a la cena de gala, a las concentraciones de cierre de campaña y que se preocuparon por aparecer en las foto de los medios importantes, sólo han sido compañeros de ocasión con su corbata roja y su saludo de momento, sólo es la corbata o el vestido de gala. Todos esos incómodos ocasionales estuvieron, llegaron cuando lo oportunidad  se presentó, hasta de voceros actuaron, simulando dar la cara por el pueblo, hicieron algo y no es tan malo que hayan estado. Es comprensible y son relaciones muy funcionales, útiles, tal vez aparezcan más tarde cuando nuestro tiempo se presente con mejores oportunidades y de nuevo sirvan de algo. No es para amargarse tanto.
Hay muchas voces desilusionadas, frustradas por esta coyuntura, se entiende, es comprensible. Pero es inaceptable si está presente en los militantes honestos, decentes, conscientes,  en  los que luchan cada día por organizarse mejor, que se preparan y  aprenden de cada experiencia. Algunos de ellos estaban frente a los oradores, frente a los líderes, se sentaron adonde pudieron, muchos en el suelo y cantaron, echaron vivas al Frente Nacional de Resistencia Popular, no se les olvido su verdadero origen. Algo que sí ocurrió en algunos de la campaña electoral. Estos compas de camiseta roja o negra son los que no le van a fallar al pueblo ni a la Resistencia ni al partido Libertad y Refundación. Para ellos no existió ninguna presentación especial de última hora en conferencias de prensa hablando de su estelar incorporación, nunca ocuparon de eso porque siempre estuvieron, no llegaron al posible festín ni pidieron un lugar en la foto.
Aplaudieron, siguieron, sudaron, caminaron mucho y lo seguirán haciendo por la figura de Xiomara Castro, y saben reconocer el profundo significado de las expresiones de Xiomara cuando en sus discursos agradecía el aporte de la Resistencia Popular; ella no dejo de mencionar el papel fundamental de los hombres y mujeres que se identificaron con la Resistencia. Eso es y sigue siendo muy valioso.
Mientras que otros fogosos y combativos oradores ni siquiera hacían superficiales alusiones a la Resistencia Popular. Este puede ser el instante del enojo y la impotencia. Y está muy bien. Puede ser el momento del llanto y tantas iras reprimidas. Así tiene que ser. Tenemos absoluto derecho de  sentirnos furiosos con las prácticas fraudulentas y con la monstruosidad de la maquinaría oficial que hace posible la continuidad de un régimen generador de injusticias, de muerte, desempleo y atropellos a los derechos humanos. Molestémonos, hagamos las recriminaciones que queramos, pero sobre todo consideremos el instante como un paso muy bien dado en un camino lleno de trampas, en una ruta muy compleja, difícil, pero que se puede superar con mejor organización, más estudio y la movilización popular en defensa de sus derechos.

25 de noviembre de 2013.


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