Este 1 de diciembre se cumplió un año del asesinato
de Vidal Vega, testigo clave de
la masacre de Curuguaty.
El 1 de diciembre de 2012, en
horas de la madrugada, dos personas ejecutaron a Vidal Vega, de 46 años en su
propia casa. Los desconocidos llegaron al domicilio de Vega, ubicada en la
colonia Yvypytã I, sobre una moto aproximadamente a las 04:50 de la madrugada.
Uno de
los desconocidos se quedó detrás de la casa y el otro ingresó al domicilio
saludando y preguntando si se encontraba el señor Vidal. La compañera de Vega
salió de la cocina para recibirlo contestando que sí estaba. Luego de unos
instantes en que el dos veces secretario de la comisión sin tierras salió a
recibir a los extraños, se escuchó tres tiros de arma de fuego. Al salir
nuevamente, la mujer encontró tendido en el suelo el cuerpo sin vida de su
pareja.
Vega
era el encargado de realizar los trámites ante el gobierno para la adjudicación
de las tierras conocidas como Marina Cue a favor de los campesinos. También se
desempeñaba como miembro de la comisión de familiares de víctimas de la matanza
en Marina Kue y se encargaba de archivar los documentos de los trámites
realizados por la comisión ante el Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de
la Tierra (Indert).
Vega
conocía en detalle que las tierras en litigio pertenecen al Estado paraguayo,
que Campos Morombí en vano intentó legalizar la usucapión a través de un juicio
fallido y planteaba sin ambages que este terreno debía ser asentamiento humano.
“Marina
Cue debe ser asentamiento humano y campesino”, había afirmado sin ambages en
una entrevista con E’a poco tiempo antes de ser asesinado. El caso reúne todos
los indicios de una quema de archivo para que la masacre de Curuguaty no sea
esclarecida y demuestra la tolerancia del Estado –si no la directa
participación– hacia los crímenes cometidos en defensa de riquezas de origen
fraudulento como las tierras usurpadas por Campos Morombí.
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