La tiranía, cuyo capataz de turno es Juan Hernández, riega de ejército y policía militar acceso a capital hondureña por marcha de la oposición democrática. TSE confirma fraude.
Recién el sistémico Tribunal Supremo Electoral (TSE), como se
suponía, acaba de confirmar los números del fraude, intentado legitimar la
nueva forma de la tiranía. Le da al ultraderechista Juan Hernández un 36 % y a
Xiomara Castro de LIBRE, un 28 %.
El 30 de noviembre se realizará una marcha popular entre la
Universidad Pedagógica Nacional hasta las bodegas sonde se encuentran los votos
de la elección violada por la dictadura hondureña el pasado 24 de noviembre. La
convocatoria es a las 08.00 hrs. y se desplegarán contra el fraude electoral
las fuerzas sociales agrupadas en el Frente Nacional de Resistencia de Honduras y el Partido LIBRE.
La cara de la tiranía impuesta por el fraude imperialista,
Juan Hernández del Partido Nacional, desde anoche mandó la militarización de
los accesos a la metrópolis de Honduras, en un
contexto donde ya se ha asesinado a un militante de Libertad y Refundación sólo
hace horas.
Luego de vacilaciones y tiempo solicitado por la verdadera
presidenta ganadora en los comicios, Xiomara Castro y su marido, el mandatario
de origen liberal depuesto en 2009 por los partidos de la oligarquía, Manuel
Zalaya, para contar con superiores pruebas del fraude -que ya sobraban el mismo
día de las elecciones-, por fin se realizó el llamado a la movilización
popular, único medio para impugnar con fuerza y más allá de las leyes de la
minoría en el poder y los intereses del Pentágono, el robo electoral.
Estudiantes, campesinos e indígenas en lucha han protagonizado
protestas durante la semana pasada contra la dictadura. En los hechos, son los
sujetos sociales, el pueblo real que resiste la tiranía digitada desde la
embajada estadounidense. El Partido LIBRE es un instrumento básicamente
construido para enfrentar la coyuntura electoral y contener al conjunto
policlasista de la oposición contra un poder dinosáurico en un territorio donde
el 70 % de la población es pobre y re-pobre.
La realidad son las relaciones de fuerza concretas. La ley ya fue
transgredida a vista y presencia del mundo. Se ejecutó el fraude como estaba
vaticinado, el cual, no faltaba más, fue refrendado por el histórico
instrumento imperialista OEA, y no bastaron las denuncias de delitos
electorales por los más de mil observadores internacionales para cambiar nada.
La política no sólo es economía concentrada, sino también movimiento, fuerza y
consenso. La crisis de gobernabilidad o quiebre del consenso social ya es un
hecho hace tiempo y sólo resta la fuerza, actualmente monopolizada por el
Estado y su administración de turno.
Se termina el momento de la lucha electoral. El pueblo organizado
y conciente hondureño remece el rápido cambio de coyuntura tras sus intereses
históricos. Hoy el combate de la mayoría oprimida tiene carácter pacifista. El
movimiento real de las fuerzas sociales, su acelerada maduración, le impone una
batalla dura y larga, y de superior organización. Va siendo la hora de los
jóvenes, mujeres, indígenas, campesinos y asalariados que luchan frontalmente
contra la dictadura. Se liquida velozmente el ámbito del cuestionamiento
electoral. En verdad, ello ofrece un argumento esencial para poner el reloj
popular a la hora que impone la propia tiranía. Al respecto, por lo menos, la
conducción, ahora mismo, debería ser compartida por la autoridad ganada en la
lucha por quienes ponen el cuerpo sin vacilaciones.
Andrés Figueroa Cornejo
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