A Gertrudis Lanza en Honduras la despedimos ayer con ternura
y honor, como el mundo despidió el mismo día a Nelson Mandela. Ambos seres
extraordinarios vivieron sin rendirse en sus causas personales, conscientes de
su compromiso con la humanidad.
Hoy venimos a este plantón del primer viernes de diciembre
de 2013 cargadas con la herencia de doña Tula y de Madiba. “El perdón libera el
alma, elimina el miedo. Por eso es una herramienta tan poderosa en la búsqueda
de la verdad y de la justicia”. Eso es!
La lucha eterna por encontrar a los responsables de las
desapariciones forzadas mantiene viva a Tula detrás de su hijo Eduardo Lanza y
más de 180 personas víctimas de ese delito de lesa humanidad cometido en Honduras
entre 1979 y 1990. Y aún en nuestros días, tras el golpe.
Estamos aquí dolidas, es cierto, por ese sentimiento
generalizado de asalto que sufrimos más de 2.5 millones de personas mayores de
18 años el 24 de noviembre pasado, el cual implicará otra vez la imposición de
una minoría sobre la mayoría con sus políticas represivas de cero tolerancia y
exclusión.
No fueron elegidos ni por las computadoras el “licenciado
Arrazola” ni el general violento que lo patrocinaba, pero sus socios reparten
poderes ahora a seres minúsculos de almas corroídas por el prejuicio, el odio y
la maledicencia, lejos de procurar condiciones para la unidad.
Sin embargo, estaremos aquí siempre cada mes, de cada año y
siglo, por los siglos de los siglos, reclamando verdad y justicia, con
esperanza. Sin rendirnos, a la memoria de Tuy, Tula, Bertilia, Fide y otras
madres que no fueron vencidas por la muerte!.
Vamos a continuar documentando y denunciando las violaciones
a los derechos humanos, acompañando a las víctimas y haciendo litigio
internacional, hasta recuperar el Estado Democrático de Derecho, que
destruyeron los criminales que hoy mendigan legitimidad y reconocimiento.
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón.
COFADEH
6 de diciembre de 2013
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